El sobrecalentamiento es una amenaza importante para los tubos láser de CO₂, ya que provoca una reducción de potencia, una mala calidad del haz, un envejecimiento acelerado e incluso daños permanentes. El uso de un enfriador láser de CO₂ dedicado y la realización de un mantenimiento regular son esenciales para garantizar un rendimiento estable y prolongar la vida útil del equipo.