Los láseres UV se obtienen mediante la técnica THG con luz infrarroja. Son fuentes de luz fría y su método de procesamiento se denomina procesamiento en frío. Debido a su notable precisión, el láser UV es muy susceptible a las variaciones térmicas, donde incluso la más mínima fluctuación de temperatura puede afectar significativamente su rendimiento. Por lo tanto, el uso de enfriadores de agua de igual precisión se vuelve esencial para garantizar el funcionamiento óptimo de estos láseres de alta precisión.